¿Cuáles son las consecuencias de equivocarse de carburante en la gasolinera? Lo mejor es no encender el motor o parar el vehículo en cuanto nos demos cuenta del error.
Consecuencias de equivocarse de carburante
Aunque parece lógico repostar con el combustible pertinente, es fácil confundirse de carburante y echar el equivocado en el depósito. ¿El resultado? Una avería muy seria si se llega a arrancar el motor. Por eso, lo más recomendable es marcar el exterior del coche con una etiqueta que nos ayude a cerciorarnos del combustible que hay que echar.
Hay veces que el cansancio, las ganas de llegar a casa o tener algún problema rondando en la cabeza provocan despistes que, por tontos que sean, pueden salir muy caros. Y es que cuando se para a repostar, es mejor comprobar dos veces que se ha cogido la manguera adecuada antes de empezar a llenar el depósito.
Aunque la inversión inicial de un eléctrico es superior a la de un vehículo convencional, el precio se puede ver compensado en el tiempo por el ahorro que supone recargar el coche
¿Sabes cuáles son las diferencias entre combustibles y sistemas de propulsión?
Equivocarse de combustible y llenar el tanque con el carburante erróneo puede causar graves averías en el motor y en otros elementos de la mecánica de un coche, con el consiguiente precio que tocará pagar en el mecánico.
Aparte de eso, dependiendo de cuánto se haya tardado en descubrir la equivocación, habrá que llamar al seguro o a la asistencia en carretera, perdiendo bastante tiempo entre la espera y la reparación.
Tanto la gasolina como el diésel provienen del petróleo y se usan en motores de combustión interna. En este tipo de propulsión el combustible se mezcla con el aire dentro de los cilindros del coche y al explotar empuja un mecanismo conectado a la transmisión del vehículo.
La mayor diferencia entre estos carburantes es el proceso de combustión. En el motor de gasolina este se genera gracias a una chispa en el cilindro y en el gasóleo se debe a la alta temperatura que enciende el combustible. Por esta razón, el uso del diésel tiene más rendimiento que la gasolina.
No todas las gasolinas son iguales y se diferencian según los octanos, 95 o 98. La de 95 se usa en vehículos convencionales y es más barata mientras que la de 98 está mejor tratada a nivel químico y tiene menos residuos, como azufre. Aun así, solo debe usarse en coches potentes. Por lo que hay que prestar mucha atención y no equivocarse de carburante.
El diésel puede ser de tipo A o A+, según la cantidad de cetano. Este segundo es de mejor calidad, con menos azufre y más antioxidantes, pero cuesta más al llenar el depósito que con el gasóleo A. Sin embargo, con este tipo de diésel, el coche gasta más combustible.
¿Qué puede pasar al equivocarse de carburante y echar gasolina en un motor diésel?
Si los componentes del coche como el tubo de escape o el catalizador funcionan bien, las emisiones se reducirán.
Si al arrancar el coche para salir de la gasolinera empiezas a escuchar que tu motor hace ruidos raros, es que te has equivocado de surtidor. Aunque la cantidad de gasolina que hayas echado sea mínima, puede dañar gravemente la mecánica de tu coche.
Lo más recomendable es parar el coche en cuanto nos demos cuenta del error (ya que, si no, lo hará él solo con consecuencias fatales) y llamar a un servicio de asistencia. Será necesario que limpiar todo el depósito de manera minuciosa.
¿Qué puede pasar si echamos diésel en un motor gasolina?
Al ponerte en marcha, comenzará a salir un humo blanco y denso del tubo de escape. Si la cantidad de diésel que has repostado es mínima, el coche seguirá funcionando. Pero, si es más de un cuarto de depósito, empezará a dar tirones y acabará por pararse.
Hay que vaciar el depósito entero, los tubos y los inyectores que hayan podido absorber el diésel. También habrá que sustituir el filtro de combustible y las bujías para evitar desastres mecánicos a largo de plazo.
¿Cómo cargar sin cometer errores de principiante y no equivocarse de carburante?
La posición del coche importa. Cuántas veces ocurre que, al bajarse del coche para coger la manguera del surtidor, nos damos cuenta que el depósito está justo en el otro lado, por lo que hay que tensar el tubo para dar la vuelta al culo del vehículo. Con esta acción, además de molestar a otros usuarios de la gasolinera (habrá que hacer mil maniobras para llegar a repostar y tardar más del tiempo normal), se puede perder el control de la manguera y verter combustible.
El motor apagado. A muchos les parecerá una obviedad, pero el contacto eléctrico puede ocasionar un incendio de grandes dimensiones en las estaciones de servicio. Así, nada más colocarse junto al depósito correspondiente hay que asegurarse que, tanto el motor como las luces están apagados. La radio, sin embargo, puede permanecer activa, pero, lo más recomendable es bajar el volumen para no molestar al resto de usuarios o trabajadores de la gasolinera.
Sin humos ni aparatos eléctricos. Si bien es cierto que la prohibición de fumar, por el peligro que conlleva para todos los que se encuentren en la estación de servicio, es respetada por la amplia mayoría, la del teléfono móvil apagado no tiene tanta aceptación. Y es que no solo puede provocar un desafortunado e improbable chispazo, puede llevar al usuario a despistes que puedan acabar en un atropello o un golpe importante.
SERPROGAS, expertos en construcción de gasolineras en Guatemala.